Primeras operaciones de la campaña "¡A por La Arafera!"
Hola amiguitos y amiguitas. ¿Cómo les trata el frío? A mi me trata mal, la ausencia de grasa corporal unida a las noches de soledad en mi cama hacen que tenga estalactitas debajo de los sobacos. Después de hacerme un Cristo pelando papas con la cosa esa que compró mi madre, iniciaré un nuevo artículo comentando las novedades de hoy.
Hoy bajó Carty. Después de correr desnudo por el monte en la chuletada organizada por Marga, pillándose el correspondiente pedo y gripazo, bajó a clase de Procesal.
La mañana hasta la llegada de Carty transcurrió normal. Madrugón, travesía a chola hasta Guajarvard, ingesta del barraquito correspondiente y subida a la biblioteca a estudiar. Si tuviera que reseñar algo es la poca gente que hubo esta mañana allí. No se si debido a las clases o a que ya empezaron las rebajas antes de tiempo. De puta madre, así se puede estudiar mejor sin tanta puta cotorra contándose lo que hicieron la noche anterior con el novio.
A las 9 y media apareció Carty. Después de la chocada de manos correspondiente, bajamos a la cafetería para ponernos al día sobre todo lo que ha sucedido estos días y para hacer recuento de tías en la cafetería. Al rato de estar allí apareció La Arafera. Antes de seguir, debo explicar cómo se de donde es.
Algunos recordarán como hace unos años la basura nos llegó hasta las orejas. Si, me refiero a aquella huelga de las de la limpieza (yo quería contribuir tirando chicles dentro de la facultad, pero no me dejaron). Pues la acumulación de mierda llegó hasta el punto en que un día suspendieron las clases. Sólo los elegidos, o mejor dicho los despistados, fuimos a clase ese día. Entre el desconcierto, los nervios, y los vapores de la mierda, hicieron que la gente hablara más de la cuenta. Así que Yurena, relaciones públicas de Binter por ese momento, no se lo que dijo, a lo que una rubia (aún no se si es de bote o natural, pero para mi que es lo primero) contestó diciendo “imagínate yo que vengo desde Arafo”. Así que como soy una mente privilegiada asocie conceptos: Arafo + chica que viene de ahí = arafera.
Después de esta explicación, seguiré con mi relato. Al percatarme que la susodicha estaba en la barra, le dije a Carty que la dama se encontraba por los alrededores. Acto seguido miré para ella, y en ese momento ella me miró. ¿Recuerdan el blog en el que dije que tranqué a La Pitusa mirándome y que sólo faltaba sacar una cámara y hacerle una foto? Pues la mirada fue igual, pero esta vez el pillado fui yo. Al rato volví a mirar, pero esta vez fui más rápido, poniendo en práctica todas las enseñanzas del Maestro Caleta.
La Arafera se fue. Al rato subí a la biblioteca a recoger mis cosas porque iba a acompañar a Carty a Procesal y ver a Vicente. ¿Y a quién me encontré esperando en la sala de ordenadores que da acceso a la hemeroteca mientras me iba? Les daré una pista. El municipio donde vive está al lado de Güimar. Allí estaba ella, con su modelito de hoy, sus gafas; mirando hacia dentro de la biblioteca, como posando para una foto (¡niña, muévete, que el personal de la biblioteca tiene que pasar por allí!).
Pues nada, bajé a buscar a Carty, y en vez de ir a Derecho “sugerí” que nos sentáramos en las escaleras. Sí, esas escaleras de las que el mismo bajó el primer día después de su operación cual novia bajando por la escalinata de la iglesia. Pues al momento, Arafera & cia bajaron por allí y se metieron de nuevo en la cafetería. Pero…¡oh, sorpresa! Salen a los 2 segundos y se sientan en las escaleras. Antes de seguir, vean un ejemplo de la opinión cambiante de Carty:
Caso A (las pivas bajan las escaleras y se meten en la cafetería).
“Christo, no se, olvídate de ella, no miró”. Claro, si mira se estampa por las escaleras simplón.
Caso B (Las pivas se sientan en las escaleras).
“Qué raro. Pues sí va a haber reciprocidad”. A ti te voy a dar reciprocidad, cacho traboso.
Así que allí estábamos todos. 5 personas. De esas 5 uno ya estaba trabado. ¿Tengo que dar pistas? Salvé la situación preguntando a Carty cómo se hacía una práctica de Penal, mientras ellas estaban allí soltando sus cosas. De las 3, La Arafera y una amiga no habitual de ella preguntan a Paula, superamiga de la dama por la que suspiro ahora (se como se llama porque estudiamos en el mismo colegio) si iba con ellas, no se si a secretaría o a las máquinas de la entrada, esas máquinas conocidas en el pasado por la oferta “pague 1 jugo y llévese 18”. Paula respondió que no y se quedó custodiando las cosas de sus amigas. En ese momento, en el que La Arafera se alejaba, solté otra de mis frases memorables. Si el mundo no estuvo preparado cuando dije “deberíamos haber seguido con las miradas, que se nos daba mejor”, pues con esta el Universo entero se replegó sobre si mismo. Así que con mi voz dulce y aterciopelada, a un volumen bastante alto para que fuera oído por Paula, solté semejante burrada:
¡Viva Arafo y sus gentes!
¿Qué repercusiones tendrá esa frase? ¿Habrá transmisión de datos? No se preocupen, que les mantendré informado.
Besos para ellas y chocada de manos para ellos.
Chis (Caballero Oscuro volviendo a las andadas.
El que no lo veas no significa que no esté ahí.
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