Estudio sociológico en la Cafetería.
Hola amiguitos y amiguitas. Mis más sinceras disculpas por no haber subido ningún comentario estos días, pero es que como cronista del mundo que nos rodea, necesito tiempo para observar y luego escribir.
Esta mañana estaba sentado donde siempre. Observando todo lo que me rodeaba, decidí escribir un artículo sobre ello.
En una de las cosas en las que me fijé fue en la forma de comunicarnos. Vale que emplees términos como “tal” y “cual” cuando no sepas o no puedas expresarte. Es totalmente normal. Pero ti@, cuando no sepas que palabra usar, cierra la boca. Expresiones como “me siento satisfacida” o “hiba a entrar a mi casa” hacen que pienses si realmente el hombre desciende del mono o de la almeja. Y no vale como causa eximente que seas de ciencias para meterle semejante patada al diccionario. ¿Mi consejo? En vez de gastarte el dinero en el Sat, Lounge Gabanna, Dreams o como cojones se llame ahora, cómprate un cuaderno de ortografía, porque ya es algo tarde para mandarte de vuelta al colegio.
En otra de las cosas en que me fijé fue en los modelitos del personal femenino. Los tíos, por suerte o desgracia, vamos uniformados: vaqueros, jersey o camisa, y arreando. Pero lo de las chicas es objeto de estudio.
Los armarios de las chicas son grandes por 2 motivos: para meter la ropa y para meter a su amigo afeminado que no se decide a dar el paso. Hay que diferenciar al amigo afeminado del gay propiamente dicho (aquel que suelta más aceite que Raikkonen cuando rompe el motor) y del amigo que se hace pasar por gay para sobetear todo lo que puede y más (ese es un zorro o un hijo puta con suerte).
Retomando lo de los modelitos, podemos encontrar modelos normales, los que son algo llamativos y los estrafalarios. Éstos últimos se compran con afán de innovar. Pero una cosa es innovar y otra cosa es hacer el ridículo. Ves cada cosa por ahí que, si no fuera porque sabes que al final se recuperó, darías por hecho que esa cosa es la carpa del circo chino que el “Delta” mandó pa´l quinto pino hace unos años.
¿Mi recomendación? Pide consejo a tu madre, porque veo que tu criterio está jodido, doblemente jodido (jodido por comprarte eso y jodido por querer ponértelo).
Y para finalizar, se dice que los tíos, cuando nos reunimos en algún pub, cafetería, etc, sólo hacemos una cosa: ver tías. Eso es cierto, pero ¡ellas también! Pondré un ejemplo.
Delante de la mesa en la que estaba se encontraba “La arafera” (como podrán comprobar, ya le he quitado lo de potrona, porque ahora está tremenda) con un grupo de amigas. Pues ala, las susodichas andaban mirando a todo elemento que tuviera un pene colgando: yo la miraba a ella, ella me miraba a mi, luego el grupito miraba a otro, se daban la vuelta, miraban para un lado, para otro, etc. Este comportamiento “observatorio” se conoce como “entrada en campo de visión”. Éste término está acuñado por cierto elemento (elementa) del que no me da la fucking gana de seguir hablando; hay que pasar página, o mejor dicho, hay que cerrar el libro y entregarlo en la biblioteca (para los que me conozcan, me refiero a aquella a la que le recomiendo ver “Orgullo y prejuicio”, no por el argumento de la película, sino porque el título de la misma le va a su personalidad como anillo al dedo, sobre todo lo de “prejuicio”… me cago en todo…volví a hablar de ella). ¿Y cómo sabes que te están mirando? Porque la naturaleza es sabia, y ha dotado a la mujer de un mecanismo que hace que el hombre detecte cuando es observado: tu la pillas mirándote y ella….se ríe. Ya pueden ir juntas o solas, siempre hacen lo mismo.
¿Recomendación? ¡Chicas del mundo! ¡Únanse a la arafera y compañía! ¡Que por mirar no pasa nada (o eso creo)!
Chris (Caballero Oscuro con prismáticos).
Socio fundador de la ONG “Miradas sin fronteras”.
El que no lo veas no significa que no esté ahí.
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carty -