Cortejos, flirteos y amoríos.
Amiguit@s les ofrezco un documento único e irrepetible basado en experiencias propias y ajenas. Lean con atención y saquen sus propias conclusiones.
Todo cortejo y posterior flirteo se inicia con el acercamiento. Recomiendo que el acercamiento se produzca en condiciones de sobriedad, aunque también dicen que los niños y los borrachos nunca mienten. Tienes 2 opciones:
Opción A: Te lanzas a por ella como si fueras Nino en busca de la portería contraria. Has visto cierta "reciprocidad", así que haciendo alarde de tus armas (las que tengas), te acercas y entablas conversación. ¿Qué puede pasar? Pues obtienes como respuesta esto:
... (silencio incómodo)
Opción B: Esperas. Ya que has visto esa "reciprocidad", esperas a que ella mueva ficha. Pero ironías de la vida un simplón se te adelanta. Cuando vas a pedir "explicaciones", obtienes esta respuesta:
Es que me gustan los valientes.
Las cosas avanzan. Has tenido éxito en tu acercamiento. Pero no te puedes quedar ahí. Hay que mostrar interés en esa chica. Y, como antes, tienes 2 opciones:
Opción A: Eres atento con ella. Le mandas mensajitos a ver como está, como se ha despertado, o simplemente chorradas que le gusten. ¿Qué puede pasar? Pues te dirá:
Joder, me estás agobiando.
Opción B: Esperas a que ella haga algo. A que mueva ficha. Esperas y esperas. Y por fin recibes un mensaje que dice:
Pasas de mi como de la mierda.
El flirteo ha llegado a más. Ahora son algo. Y llega el momento de las primeras citas y de los regalos. Aquí pueden pasar 2 cosas.
Opción A: ¿A qué chico no le gusta ver a su novia sexy? Pues coges y vas a comprarle algún modelito sugerente, dentro de los parámetros de la normalidad. Nada escandaloso, algo que llame un poco tu atención. Con toda tu ilusión se lo compras, lo envuelves (o te lo envuelven, depende de tu maña con el papel de regalo) y se lo das. Respuesta de ella:
¿Tú qué? ¿Piensas que soy una puta?
Opción B: Quedas con ella. Y se retrasa. Pasan los minutos y no da señales de vida. Te manda un mensaje diciéndote que se va a retrasar, porque al parecer la sesión de chapa y pintura ha durado más de lo esperado. Pues aceptar con resignación el tener que esperar más tiempo.
Siguen pasando los minutos. El aburrimiento hace mella en tu mente, y la hipotermia en tu cuerpo. Tienes estalactitas debajo de los sobacos (o axilas, si eres una persona "fisna"). Y entonces.... aparece ella. Radiante. Sexy. Que te dan ganas de comértela. Pero claro, tu cara refleja otra cosa. Refleja cara de "joder, estoy cansado, tengo frío y llevo esperándote cerca de 1 hora, puta". Así que ella te dirá:
¿Para esto me pego 3 horas arreglándome?
Después de cierto tiempo, risas, declaraciones, y discrepancias, llega el momento del sexo.
Opción A: Llega el momento de las conversaciones picantes, los toqueteos más que amistosos y la provocación de calentones indiscriminadamente. Tú piensas una cosa. Pero ella piensa otra. Así que, en un momento íntimo, puede que te encuentres con esta declaración:
Joder, estás salido. Eres como los demás.
Opción B: Sigues con los agasajos, los momentos ñoños y las "atenturías" (que viene de atento.... no se si esa palabra existe, pero da igual, ya está explicada). Así que tú, ser humano, que vas por la vida más contento que un 8, puede que un día te topes con la triste realidad, y ella te diga:
Eres poco pasional.
Aquí tienen varios momentos. Momentos en los que queda claro una cosa. Nunca hay un término medio. No hay gris. O es blanco, o es negro. Además en todo esto siempre rige una ley. ¿La ley natural? ¿La ley divina? No. La ley de Murphy. Todas esas leyes que dicen que si hay una mínima oportunidad de que algo salga mal, saldrá mal, se darán. Además también se darán todas esas leyes que dicen que el resultado obtenido es el contrario al esperado.
Así que ármense de paciencia, porque la materia es muy complicada.
Chris (Caballero oscuro con vocación docente).
Yo me levanto, tú caes.
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